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viernes, 14 de septiembre de 2007

Para los que tienen miedo a lo desconocido y no saben que hacer

Las Flores de Bach son una serie de esencias naturales utilizadas para tratar diversas situaciones emocionales, como miedos, soledad, desesperación, estrés, depresión y obsesiones. Fueron descubiertas por Edward Bach entre los años 1926 y 1934.
El Dr. Bach era un gran investigador, además de médico y homeópata. Experimentó con diversas flores silvestres nativas de la región de Gales, en Gran Bretaña, de donde él era originario, hasta encontrar 38 remedios naturales, cada uno con propiedades curativas para distintos problemas emocionales. A estas 38 flores se les llaman Flores de Bach…
Su teoría era que las enfermedades físicas tienen un origen emocional, y que si los conflictos emocionales subsisten por mucho tiempo, la enfermedad del cuerpo empieza a aparecer, Sin embargo, al restaurar el equilibrio emocional se resuelve la enfermedad física. Fue de esta forma que desarrolló la Terapia de las emociones.
Para los que tienen MIEDO A LO DESCONOCIDO Y NO SABEN QUE HACER
TOMAR:
Aspen (remedio T, pocas veces C) T.- Temporal C.- Caracteriologico.
CARACTERISTICAS POSITIVAS, Cuando tienes una personalidad ASPEN equiibrada
EL Dr. Bach dice que las personalidades Aspen en equilibrio superan cualquier miedo a través del amor. El amor permite que surja la alegría de vivir y que vayamos más allá de la inquietud, preocupación o miedo.
Según Chancellen «El miedo llama a la puerta, la fe la abre… y no hay nadie allí».
Las personas Aspen en sentido positivo tienen cualidades para ser buenos maestros, psicoterapeutas, parapsicólogos, astrólogos, médiums, por su habilidad para sintonizarse con planos más sutiles, no materiales, de la conciencia y explorarlos sin temor, experimentar con ellos y utilizar el conocimiento adquirido para el beneficio de sus semejantes.
Puede evaluar de forma realista sus capacidades sensitivas y aprovechar al máximo su sensibilidad.
¿CUANDO TOMAR ASPEN?
- En aquellas personas que hablan de los muertos o con ellos.
- En los que caminan dormidos (sonambulismo).
- Los que hablan dormidos o tienen pesadillas.
- Los que sufren de insomnio y no pueden dar la razón del porqué.
- Los que temen dormirse por temor a tener sueños desagradables. Los que se despiertan por una pesadilla y tienen pánico de volver a dormirse por miedo a que la situación se repita.
- Aquellos que son sensibles a determinadas cosas difíciles de identificar concretamente, como por ejemplo fantasmas, inflación, guerras, asaltos, catástrofes atómicas, etc.
- En mujeres que han vivido la experiencia de una violación o malos tratos.
- En niños maltratados.
- En personas que han sido demasiado abiertas por ciertas técnicas de meditación o parapsicología, o que tienen una predisposición sensitiva difícil de manejar.
- En aquellos que hicieron viajes con drogas o han vivido situaciones de terror intenso.
- En aquellos que por bloqueo de energía temen sin motivo, tanto de día como de noche.
- Aquellos con súbitos ataques de ansiedad, sea estando solos o acompañados.
- Aquellos con fuertes temores que los sobrecogen: miedo a las brujas, al mal de ojo, a lo sobrenatural, premoniciones, cabalas, supersticiones, ocultismo.
- En alcohólicos cuando se encuentran atrapados por ideas obsesivas y sufren de ilusiones visuales, errores en la percepción, imaginación desbordada, alucinaciones.
- En aquellos con temores relacionados con pensamientos religiosos.
- En los que tienen temores vagos a la muerte o a la oscuridad o se asustan de los ruidos.
- Los que tienen miedo a sus propios temores, e imposibilidad de poder hablar de ellos con alguien por lo vagos e imprecisos que son.
- Para los que tienen ataques de ansiedad, piel de gallina, sudoración, temblores, o se les ponen los pelos de punta, haciendo honor al nombre de álamo temblón (aspen).
- En aquellos casos de aprensión, presagio, miedo que paraliza, ansiedad difusa.
- Los que viven su entorno como amenazante y se sobresaltan sin saber por qué.
- Los que temen la persecución de fuerzas o poderes invisibles.
- Los que sufren de pesadillas por ver películas de terror.
- Los que temen a la muerte en el sentido de lo desconocido, ya que nadie volvió para contarlo.
- En niños que temen a los fantasmas, a los ladrones o a los malos espíritus.
- En niños que necesitan que se deje la puerta abierta o la luz encendida para poder irse a dormir.
- En niños que no quieren dormir si no es en compañía.
Fuente: Daniel Valadez de publicalpha.com