Llenar los neumáticos con este gas, en lugar de hacerlo con aire, ayuda a estabilizar la presión, favorece el manejo del vehículo, contribuye con el ahorro de combustible y prolonga la vida útil de la llanta.
¿Sabes para qué sirve el Nitrógeno o dónde puedes encontrarlo? Para muchos de nosotros, sólo se trata de un elemento más de la tabla periódica de la que tanto escuchamos hablar en la escuela. Sin embargo, el Nitrógeno es un gas inerte de gran utilidad dentro de la industria automotriz.
Hasta hace poco, era empleado para rellenar llantas industriales, de aviones, camiones o automóviles de carreras, donde los estándares de seguridad son considerablemente estrictos. Hoy en día, esta técnica proveniente de Estados Unidos, es utilizada para el inflado de neumáticos de todo tipo de vehículos…
Y es que sus beneficios han quedado ya comprobados no sólo para las llantas mismas, sino para el coche en general. Para entender el por qué de su eficacia, es necesario decir que el Nitrógeno forma parte, en su mayoría, del aire que respiramos (78%); el resto está compuesto por Oxígeno (21%) y otros (1%).
Es un gas seco y no corrosivo
Vida útil. Fuentes consultadas coinciden en que el tiempo estimado de duración de una llanta inflada con aire es de 150 mil kilómetros, mientras que el Nitrógeno permite alcanzar más de 187 mil kilómetros; esto se debe a que migra tres veces más lento que el aire.
Por otra parte, elimina la oxidación interna de la llanta porque no contiene Oxígeno, elemento que detona el desgaste del plástico y el deterioro del metal con que están formados los rines.
Permite un nivel adecuado de presión, ocasionando contacto uniforme con el suelo; este aspecto es importante porque las llantas se desgastan de forma prematura de las paredes al no tener la presión suficiente, y de la parte central si están infladas en exceso.
Al mantener la presión adecuada, el vehículo se maneja sólo en la forma en que fue diseñado.
“Calibré las llantas de mi coche hace cuatro meses y no tengo necesidad de volver hacerlo”, contó a Aviso Oportuno Jaime Contreras, apasionado del automovilismo.
Mayor ahorro de gasolina. El uso de Nitrógeno reduce el calor en los neumáticos y, por consiguiente, la resistencia al rodamiento. A menor resistencia al rodamiento, mayor economía del combustible.
Seguridad Garantizada. Debido a que no es flamable evita los riesgos de explosión en caso de accidente o colapso, esto se debe a que sus moléculas son de mayor tamaño, reduciendo la fricción.
Ecología. Ya dijimos que reduce el consumo de gasolina y, por ende, los niveles de contaminación y emisión de partículas tóxicas al ambiente.
Hay que considerar también que al prolongar la vida útil de las llantas, contribuye a reducir el volumen de los residuos generados por la reposición de éstas.
Oxígeno a la baja
El aire contiene Oxígeno, que tiene moléculas más pequeñas que el Nitrógeno. Es por esto que el aire se escapa de una llanta tres o cuatro veces mas rápido. Por si fuera poco, contiene humedad; ésta se expande y contrae dependiendo de los cambios de temperatura ambiental, alterando el desempeño del neumático.
Efectividad sin límites
Este sistema de inflado es compatible con cualquier clase de vehículo o de llantas, sin importar si éstas tienen sólo aire. Por el contrario, llenar un neumático de aire después de que se haya inflado con Nitrógeno no creará ningún problema.
Sus efectos serán perdidos, pero el neumático será fino para conducir hasta que se purgue y agregue Nitrógeno otra vez.
¿Qué hay de los precios? Cuando esta técnica fue introducida en el mercado era muy costosa porque el gas tenía que ser comprado en forma líquida, siendo imprescindible un cilindro especial. Sin embargo, hoy en día los precios se han ido abaratando, aunque aún son elevados.
En promedio, inflar una llanta cuesta 30 pesos.
Fuente: Lic. Torres Hernandez de publicalpha.com